miércoles, noviembre 13, 2019

La evolución del uso de los Sistemas de Información Geográfica en los Acuerdos de Conservación del Bajo Caura


Una característica esencial en los Acuerdos de Conservación es que las comunidades que hacen uso sostenible de los recursos en estas áreas también son los que deben administrar los Acuerdos. 

Allí comienzan los retos. Generar capacidades administrativas y técnicas especificas que respondan a estándares de gestión puede ser un poco complicado. No es que en el pasado no exista la gestión, es que la manera como una comunidad tradicional gestiona sus recursos responde a los intereses propios de la comunidad y no de terceros. Muchas veces lo que se busca es que las comunidades gestionen aplicando ciertas herramientas que ya los especialistas del área han comprobado y cuyos resultados son positivos y demostrable para cualquier interesado. El primer ejemplo que se nos puede venir a la mente es la contabilidad ¿Cómo se garantiza que el uso de los recursos financieros de una manera sea aceptado por los que otorgan los recursos? ¿Cómo se demuestra que los recursos están siendo utilizados de manera adecuada? Podríamos generar preguntas infinitas pero esta oportunidad queremos abordar la generación de una capacidad en específico: la gestión de la información espacial.
De manera empírica las comunidades manejan muy bien la información espacial de su área de influencia. El bajo Caura no es la excepción. Áreas de importancia cultural y religiosa, lugares de pesca, caza, colecta de productos no maderables del bosque, campamentos, rutas acuáticas y terrestres y mucho más son reconocidos em el imaginario de estas comunidades. Posiblemente sin saberlo existe un Sistema de Información Geográfica comunitario, de esto hace referencia la etnocartografia y justifica, con absoluta razón, que debe ser preservado. El problema esta cuando se quiere sistematizar la información para dar respuesta a las preguntas típicas de gestión de un área natural, pues “ver al tigre muchas veces en el árbol” puede dar una idea del comportamiento del tigre y del árbol, pero es poco lo que puede ser planificado con esa información. Es importante volver al punto anterior, esa información no está incorrecta, sencillamente es así como las personas la gestionan y su uso satisface a sus necesidades. Lo ideal para actividades de gestión seria X avistamientos del tigre en las coordenadas x, y, punto de referencia el árbol. Esa información a ese nivel de detalle o inclusive mayor puede ser utilizado por el especialista para planificar acciones de gestión del tigre y del árbol.

Para estandarizar los procedimientos de recolección de información geográfica y crear herramientas de gestión desde el año 2009 se han estado capacitando miembros de la comunidad de Aripao ( Acuerdo de Conservación Suapure) y posteriormente lo propio se haría con la comunidad de la Colonial ( Acuerdo de Conservación Tzazenai) en el año 2014. Uso del GPS, brújula, fotografía, toma de datos, marcaje de lugares de interés y otras actividades de conservación en campo se han visto apoyadas y validadas por procesamiento y análisis de imágenes de satélite con softwares especializados. Las primeras desarrolladas por los mismos miembros de las comunidades y las segundas por especialistas externos a la comunidad.

Así la base de datos geográficos generados desde 2009 ha sido muy grande y ha servido para establecer acciones de conservación y aprovechamiento sostenible de productos no maderables del bosque. A medida que esa experiencia e información se ve reforzada y aumentada, nuevas herramientas son introducidas para ser manejadas por las comunidades.



 (Imagen 1. Mapa de vegetacion ACS)


En el año 2013 a partir de información de campo y procesamiento de imágenes de satélite se generó el mapa de vegetación del Acuerdo de Conservación Suapure (imagen 1) (link al artículo científico: http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/ecodiseno/article/view/9250), a partir de este se han realizado diferentes análisis para comprobar que las actividades de conservación están manteniendo la cobertura boscosa. La idea es que las comunidades asuman el monitoreo de vegetación, específicamente para identificar posiblemente área de eliminación de cobertura vegetal.

Ahora bien, desde el año 2013 hasta hoy, mucho en las tecnologías de sensores remotos ha cambiado. Se paso de la descarga y procesamiento de imágenes a la visualización en línea sobre lo que está pasando. Aprovechando este avance tecnológico tan importante se ha creado una propuesta de monitoreo de la vegetación (imagen 2) para que sea ejecutado por los miembros de las comunidades.



 (Imagen 2)


Siendo la deforestación en los trópicos un tema de gran importancia mundial, muchas iniciativas han sido desarrolladas para crear “alertas” de deforestación casi que en tiempo real. 

Así que la generación de datos está solventada, ya no es necesario descargar pesadas imágenes de satélite, pre-procesarlas y procesarlas. Por otra parte, está el manejo de los datos. Para manejar información espacial se requiere de gran cantidad de archivos, cada uno cumpliendo diferentes funciones, pero existen softwares como Google Earth cuyo uso cada vez es más preciso y amigable. Así que el manejo de los datos también está resuelto. Ahora bien, ¿Qué hacer con esa información? Esta es la parte de mayor importancia, se pueden tener datos de muy buena calidad y softwares muy potentes, pero si las decisiones en función de estos son limitadas o mal hechas, todo lo anterior no tendría importancia alguna. Aquí ya queda de parte de la comunidad tomar las decisiones a partir de esa información. Lo primordial es identificar si esas alertas de eliminación de la cobertura tienen sentido (muchas de las plataformas no verifican esto), lo otro es habiendo identificado que las alertas pueden ser ciertas tratar de ir al área a levantar información pertinente, algo que los miembros de la comunidad llevan años haciendo, para luego establecer acciones que pueden ser informar a los organismos a cargo de ser una deforestación ilegal o recomendar algunas actividades de conservación de ser áreas abiertas para agricultura de subsistencia.







De esta manera se espera que las comunidades que gestionan los Acuerdos de  Conservación del bajo Caura puedan también tomar decisiones y enriquecer aún más su conocimiento científico para la toma de decisiones correcta en la sostenibilidad de los recursos naturales a partir de su autogestionado Sistema de información Geográfica.



Por: Pedro Trejo

No hay comentarios.:

About Us

Recent

Random